Cuando el frío llega
del sur
una debe ser rápida
repetir los movimientos,
sin dudar.

Tal y como había planeado
en mis simulacros privados
para el día en que tu viento
llegase.

Agarrar con los brazos todos
los recuerdos
y caminar rápido,
ponerse a cubierto

Porque después del frío del sur
viene el viento,
el viento tuyo.

El viento tuyo,
golpeando las ventanas,
silbando debajo de las puertas
inquietando las ramas.

El viento tuyo,
golpeando en mi pecho,
silbando debajo de las sábanas,
inquietando mis venas.

El viento tuyo,
el frío mío.



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